Historia Viva: “El último hidroavión a Posadas”

Hidroavión a Posadas
Hidroavión a Posadas

A mediados del siglo XX, la ciudad de Posadas contaba con un servicio de un vuelo directo hasta la tierra colorada. Se trataba de un hidroavión cuatrimotor Short Sunderland de Aerolíneas Argentinas que voló hasta los años 60 y que fuera diseñado para la segunda guerra mundial.

Con el término de la segunda guerra mundial las naciones vencedoras se encontraron con muchísimos excedentes de materiales bélicos, entre los que figuraban cientos de miles de aviones de todo tipo. Por poco más de dos mil dólares “de los de antes” se podían conseguir bimotores de transporte y por 250 dólares motores en estrella para estos aviones que sería uno de los medios de llegar hasta nuestra provincia.

La firma británica Short fabricó a partir de diseños de los años treinta unos grandes hidroaviones a los que denominó “Sunderland”, cuya función era servir como patrulleros de largo alcance y, eventualmente, como transportes de carga transoceánica, bombarderos antisubmarinos o guardacostas. Eran muy lentos, quizá por su voluminoso casco, pero compensaban eso con sus otras prestaciones, para las que no se les exigía velocidad. Tenían  torretas giratorias con ametralladoras o cañones en su proa y en su popa, y podían agregárseles otras armas similares (pero no dobles o gemelas) en su dorso y laterales. Las bombas se disponían en lanzadores externos bajo las gruesas alas que tenían tal espesor que por su interior podían arrastrarse los mecánicos hasta los dos primeros motores, abriendo los bordes para que sirvieran como balcones de mantenimiento. Durante la guerra, realizaron numerosas operaciones. Hasta se decía que hundieron algunos submarinos y lograron alcanzar a aviones de la Luftwaffe que intentaron atacarlos.

La incipiente Aerolínea Argentina compró media docena de estos grandes hidros para utilizarlos primero en sus itinerarios transatlánticos y luego en sus servicios mesopotámicos, en regiones donde la carencia de buenas pistas era sustituida por abundantes espejos de agua, tanto cursos de ríos como lagunas y aún esteros, alternativas sólo para emergencias.

Hidroavión a Posadas
Folleto que se entregaba en 1956 a los pasajeros de los Sunderland.

Las conversiones de uso bélico a funciones pacíficas se realizaban en muchos talleres privados pero luego las mismas fábricas efectuaban esas modificaciones. Así los Sunderland ya convertidos pasaron a llamarse “Sandringham”, con las torretas cerradas (solamente la delantera conservaba un tambucho para tareas de amarre) y sus interiores ofrecían disposiciones para pasajeros y pequeñas cargas. Quizá como influencia de las instalaciones que ofertaban los ferrocarriles estos hidroaviones presentaban asientos tipo literas enfrentadas y en boxes de seis asientos. Una curiosidad que luego se apreció en otros grandes aviones, como los Stratocruiser o más modernamente en los Jumbo, eran sus escaleritas caracol que comunicaban sus cubiertas inferior con la superior.

La aparición de aviones más rápidos y de mayor capacidad, así como la construcción generalizada de aeropuertos con buenas pistas hizo que se abandonara la fabricación y el uso de grandes hidroaviones. Varias firmas británicas construyeron verdaderos gigantes con cascos y hasta el famoso Howard Hugues diseñó un mastodonte de madera que apenas hizo un breve vuelo, pero la falta de demanda hizo que los servicios con hidroaviones se dejaran de lado, sin llegar a alcanzar la década del sesenta. Por tal motivo también a principios de este año los vuelos dejaron de hacerse. El gran casco del “Sunderland” abrió entonces dos altos surcos de agua frente al puerto de Posadas la última vez.

Anécdotas de Viajes: “El Vuelo secreto de Adolf Eichmann”

El Hidroavión que llegaba a Posadas tenía por aquellos años cientos de anécdotas, pero hay una en particular que durante muchos años se hacía eco en las calles terradas de toda la provincia. “El Vuelo secreto del ex coronel de la SS de Adolf Hitler, Adolf Eichmann.

En 1960 una de las noticias más impactantes del mundo era la detención del criminal de guerra Adolf Eichmann y particularmente en Misiones, ya que se comenzaba a correr la voz de que efectivamente había hecho su paso por nuestra provincia.

El subalterno de Hitler llegó a la Argentina en 1950 y obtuvo su cédula de identidad con el nombre de Ricardo Klement. Era un hombre taciturno que hablaba poco o nada el castellano, que guardaba dentro de sí la memoria de sucesos terribles, pero su vínculo y que nos lleva a tan particular caso es que por aquellos días se comentaba que su viaje hacia Misiones había sido justamente a bordo de este hidroavión.

Eichmann fue raptado y trasladado a Tel Aviv en una de las operaciones más precisas y minuciosas que se hayan registrado hasta ahora. Ya se sabe el destino posterior: su condena a muerte y las refriegas diplomáticas en el plano internacional por obra del secuestro.

Por:  Prof. Eduardo Silva para Visitemos Misiones

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